Trece hombres que miran Mario Benedetti

Mario Benedetti se ha destacado, no sólo por su calidad como poeta, sino por su férreo compromiso social, sobre todo con Latinoamérica. Un poema, especialmente, atestigua esto: “Un padrenuestro latinoamericano”. Benedetti ha escrito buenos poemas sin  convertir su expresión artística en un panfleto de intereses políticos; al contrario, ha servido como anzuelo para que muchas personas seamos tomadas por la poesía.



En Trece hombres que miran, nos encontramos con personajes que se encuentran observando, el techo, la tierra, el cielo, a una muchacha, a un hijo, a un “tira” que lo sigue, algo- un hombre incluso sólo mira más allá de sus narices, otro sin sus anteojos- que produce la necesidad de externar una emoción.
Compuestos sobre una base de ritmo endecasílabo, como los sonetos clásicos, en este poemario encontramos temas recurrentes como la lucha política, la discrepancia entre la realidad y los deseos o la dificultad de mirar la realidad tal como es. Por ello, nos encontramos hombres perseguidos, hombres que no ven bien a causa de la niebla o de la falta de sus anteojos; amantes que consuman su amor por medio de la sublevación ante lo establecido.

El “hombre que mira más allá de sus narices” se la levantado malhumorado, pesimista, pero tanto mira más allá que sabe que en otro momento se sentirá distinto y desde ya, su “soledad se espanta”. Es un poema perfecto para cuando sentimos que el cielo se nos viene encima y no encontramos la salida a nuestros problemas o nuestras frustraciones. Desde luego, cuando nos sentimos plenos y optimistas debemos ver más allá de nuestras narices y saber que quizá en otro momento veremos el otro lado de la moneda de la vida.

El “Hombre preso que mira a su hijo” me parece uno de los poemas más desgarradores de toda la obra de este poeta. Se trata de un hombre que tras las rejas- presumiblemente un preso político- mira a su pequeño hijo y le explica por qué se encuentra ahí, porque no puede estar a su lado y como él es su inspiración para afrontar su penosa realidad. Este poema tiene un paralelo directo con el poema “las nanas de las cebollas” de Miguel Hernández, quien compone tal poema en la misma situación a su hijo recién nacido, siendo preso político en España; otro poema desgarrador y con un triste final en la realidad: la muerte del padre y del hijo. 
El “hombre que mira la luna”, es un poema un tanto picaresco en donde dos amantes mandan al carajo a la romántica Selene para amarse como “Dios manda, o mejor dicho, como Dios sugiere”. Aunque Benedetti puede ser etiquetado como un poeta meloso por poemas más conocidos, como “táctica y estrategia” o “te quiero”, en este poema nos damos cuenta que su gusto por el amor de pareja también tiene tendencias realistas, acusatorias y reveladoras.

La lucha social reflejada en estos poemas va más allá de las diferencias de opiniones o de intereses. En el poema “Hombre que mira al tira que lo sigue” encontramos lo que un hombre perseguido quiere desaparecer de un policía, de un “tira”: “…sabes que apuesto a que desaparezcas/ no el fulano que sos sino el mohoso/ herrumbrado tornillo de cadalso…” Nos damos cuenta que no lo odia como ser humano que es; sino como el poder fatídico y contrario que representa y del cual sólo es un pequeño pedazo, un tornillo.
Poemas para pensar, disfrutar, conmoverse y reír, tal vez para ponernos en el lugar de “los otros”; así son los Trece hombre que miran.


Autor de la nota:
Yuyín González


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