Por: Valeria Reyes Valdés
“Usa el amor como un puente”- cantaba
Gustavo Cerati. ¿No es sino un puente lo que se crea entre el artista y su
público durante una presentación en vivo? El pasado 25 de febrero fue posible presenciar
tal acto en el Foro Indie Rocks de la Ciudad de México, el motivo: la
presentación del nuevo disco de la chilena Mon Laferte.
El proyecto de nombre “Mon Laferte Vol.
1” era entonces el puente a construirse esa noche, los primeros pilares
estuvieron a cargo de Laura Gibson y Sol Pereyra ¡Vaya manera tan encantadora
de iniciar la celebración! Ritmos y voces tan distintos, pero que finalmente
vibraban con la misma intención: hacer y ser música.
Alrededor de las 10:30 p.m. el
escenario estaba listo para el ritual principal, estaba preparado para soportar
la desgarradora voz de Mon Laferte y la energía de sus músicos. Así, “Tu falta
de querer” fue la canción que abriría aquel espectáculo, misma que se
escucharía en las voces de todos los asistentes, un Indie Rocks repleto que se fundía
en una sola voz, una voz que reflejaba no un orgasmo para dos, sino para
muchos.
En la primera mitad del concierto
sonaron las canciones del “Mon Laferte Vol 1” característicos por la presencia
de metales, metales que complementan a la perfección la elegancia de esa voz
femenina. “Malagradecido” y “Un alma en pena” las interpretó Mon sólo
acompañada de su guitarra, sin duda, momento conmovedor, se presenciaba un
sentimiento casi tan profundo como su mirada, mientras lágrimas negras
descendían por sus mejillas algunas voces se elevaban entre el público, que no
paraba de adular a la bella dama “Mon,
te amamos”, “eres una chingona”, “México te ama”– decían.
Para la parte final del evento llegó la
distorsión de Janis (la nueva guitarra de Mon), misma que explotaría con fuerza
cuando al interpretar “Hey hey” subieron al escenario: Elis Paprika, Sandra y
Dafne de Descartes a Kant, Renee Mooi y Sol Pereyra ¿pueden dimensionar la
energía que se desprendía entonces del Foro? “Hospital” y “Tóxico” clausurarían
tan bella obra, es decir, el puente. Al final se logró.
Hace aproximadamente ocho años Mon
Laferte llegó a México a descubrirse, a encontrarse a ella misma, hoy que lo ha
logrado a través de incansables luchitas es un placer que nos haga perder en
sus letras, en su voz, en su amor, un amor inquieto, amor drogado, amor
completo.